Biooderma Atoderm intensive baume. Cuidado intensivo reparador antiprurito. Ultracalmante y ultranutritivo. Cuidado de día. Piel sensible muy seca, irritada a atópica
¿PARA QUIÉN ES?
Para toda la familia (excepto recién nacidos prematuros)
Alivia el picor y la irritación. Reconstruye de manera biológica una barrera cutánea sana. Restablece el bienestar cutáneo y espacia así los periodos de brote. Mejora la calidad de vida de toda la familia. Excelencia tolerancia - Textura no pegajosa, no grasa - Absorción inmediata - Sin perfume
El exclusivo complejo Lipigenium, compuesto por biolípidos que se encuentran de forma natural en la epidermis, reconstruye de forma duradera la barrera cutánea al estimular la síntesis biológica de lípidos y proteínas que forman el cemento intercorneocitario. El agente dermatológico antiprurito PEA alivia rápidamente el picor y reduce la necesidad de rascar. La patente Skin Barrier Therapy™ previene la adhesión de bacterias que causan irritación incluso en las pieles más secas.
COMO UTILIZARLO
Aplicar en piel limpia una o dos veces al día.
El método 3.6.9 es un nuevo método para sistematizar la aplicación de la crema hidratante. Se ha desarrollado para indicar la dosis correcta en el uso de Atoderm Intensive Baume, y para crear a posteriori una aplicación sistemática y obtener mejores resultados a largo plazo.
PASO 1. 3 dosis para un Bebé: 1 dosis para cara, cuello y pecho - 1 dosis para brazos y espalda - 1 dosis para ambas piernas.
PASO 2. 6 dosis para un Niño: - 1 dosis para cara y cuello - 1 dosis para el pecho - 1 dosis para la espalda - 1 dosis para ambos brazos – 1 dosis por pierna (x2)
PASO 3. 9 dosis para un Adulto: - 1 dosis para la cara y el cuello - 1 dosis para el pecho - 1 dosis para la espalda - 1 dosis por brazo (x2) - 2 dosis por pierna (x2).
Si la sequedad de la piel persiste, consulte con un profesional sanitario.
¿POR QUÉ TE GUSTARÁ?
Para las personas que sufren de eccema atópico, la aplicación diaria de una crema hidratante es esencial para fortalecer de forma duradera la barrera cutánea, reducir la frecuencia de los brotes y mejorar así su calidad de vida.
Esta rutina a menudo se considera restrictiva, y pocos pacientes la cumplen, especialmente durante las estaciones más cálidas y en climas húmedos o tropicales. De hecho, en estas condiciones climáticas, la textura de los emolientes no se adapta al entorno del paciente ni a sus necesidades: demasiado rica, demasiado grasosa, no se absorbe fácilmente.
Resultados demostrados mediante estudios clínicos
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